La Guardia Urbana de Lleida, junto con efectivos del SEM, hicieron hacia las piscinas municipales del Ctra de Sant Pere, de la capital de El Segrià, con el fin de rescatar a una mujer que no podía salir por sus propios medios, informa La Vanguardia.
La mujer, que había ido a las piscinas con una amiga, se metió vestida en el agua, ya que, al ser de confesión musulmana llevaba “burkini” y tanto el peso de la ropa chopa como el hecho de que no sabía nadar, le impidieron salir del agua.
Mientras no llegaron los equipos del SEM, fue el propio socorrista de la piscina quien atendió a la mujer para evitar que se ahogara. El consistorio leridano dio el visto bueno al uso del “burkini” en 2019 en las piscinas municipales, así como de la práctica del topless.
Otros consistorios de la demarcación, sin embargo, exigen “el uso de un bañador adecuado, toalla y chanclas” para hacer uso de las instalaciones de sus piscinas municipales.
POLÉMICA POR EL USO DEL “BURKINI”
El uso del “burkini” en las piscinas garantiza, según sus defensores, la libertad religiosa y la inclusión de mujeres musulmanas, favoreciendo la diversidad cultural en los espacios.
Los detractores de su uso, en cambio, alegan motivos de higiene, movilidad o conflictos con normativas que exigen bañadores específicos. También lo ven como un símbolo de sumisión y humillación para la mujer.