Uno de los animales más tóxicos del mundo vuelve a picar en el Mediterráneo

La araña violinista ha vuelto a hacer acto de presencia en el Mediterráneo y ha estado a punto de costarle la pierna a una mujer que recibió una picadura de este animal, uno de los más venenosos del mundo , el pasado septiembre.

Según explica el ‘Diario de Ibiza’, los hechos ocurrieron en septiembre del año pasado en una vivienda en la Cala de Bou de la isla balear. Según explica Teresa en el medio, “estaba sentada en el salón de casa, me miré detrás de la pierna izquierda, cerca del tobillo, y pensé: ‘¡qué vergüenza! Tengo un grano blanco muy grande, como de adolescente'”.

Pero lo que tenía no era un grano, sino la picadura de una araña violinista. La mujer reconoce que al principio no notó “absolutamente nada”, pero cree que el animal podría haberla picado ese mismo día en el coche, donde le pareció ver una.

Lo que Teresa no sabía es que esa araña es uno de los animales más tóxicos del mundo. Después de verse el grano, ella explica que “se lavó las manos, apretó el grano y salió mucho líquido blanco. Probablemente era veneno” . Ella siguió con su rutina, pero al día siguiente se dio cuenta de que el grano “seguía prácticamente igual”, y dos días después, que “se hinchó un poco”.

Sin embargo, continuó como si nada, pensando que se curaría solo, pero 72 horas más tarde, empezó a preocuparse mucho. Cuando caminaba, Teresa explica que le dolía el pie, el tobillo y la herida . “Era como un grano interno que no acababa de salir”, explica. Buscó en Google, pero encontró algo parecido y no le dio más importancia.

Sin embargo, al día siguiente visitó la cabeza de San Antonio y le dijeron que tenía un grano infectado y le dieron una crema antibiótica. Una semana después, la quema no le había hecho nada y la situación había empeorado. Le apareció en la pierna un bulto “muy grande, una especie de volcán que supuraba algo de un color marrón rojo”. Además, la pierna le hacía “un dolor muy agudo”.

Teresa volvió al médico y, esta vez sí, una enfermera detectó que era una picadura por la mordedura de una araña violinista, pudiendo poner fin a la situación que estaba sufriendo. Sin embargo, otros casos similares no acabaron bien e incluso se han producido amputaciones por la picadura de este insecto. En el caso de Teresa, sólo le queda una cicatriz y un periplo de cuidados para resolver su situación.

La mujer explica que durante tres meses, entre octubre y diciembre, tuvo que ir cada día al centro de salud a hacerle los cuidados de la herida : “cada día debía limpiarse, quitar el veneno y tratar la herida con un adhesivo que contiene plata”, explica. Durante ese tiempo, además, tuvo que tratarse con varias rondas de antibióticos porque le detectaron hasta cuatro bacterias distintas en la herida.

En Navidad, por suerte, las visitas al CAP empezaron a ser semanales y finalmente pudo curar por completo la herida.